Qué es el perfil de riesgo: tipos y factores de cálculo
Imagina que necesitas comprar un coche nuevo o la reforma en casa es inminente. Miras en tu cuenta bancaria y el efectivo disponible no es suficiente, por lo que tienes que recurrir a solicitar un préstamo o crédito. El perfil de riesgo es la clave para determinar si podrás contar con ese dinero o no.
Hay situaciones en las que es necesario, incluso urgente, solicitar un préstamo. Las entidades bancarias, así como el sector privado dedicado a la concesión de créditos y préstamos, necesitan conocer tu estado financiero.
Por lo tanto, si estás buscando financiación, permite que te mostremos cuál es uno de los aspectos que más debes cuidar de cara a quiénes prestan el dinero y analizan si tu situación es solvente o no.
Qué es y tipos de perfil de riesgos
Las nuevas tecnologías permiten que incluso este tipo de estudios se realicen de forma automática, reuniendo toda la información y documentación que has proporcionado, para así someterla a los baremos que se hayan fijado.
Aquí contarán tus ingresos, gastos, situación laboral y todas aquellas deudas que puedas tener contraídas y en activo. El resultado final vendrá determinado en función de todos estos datos, más el tipo de intereses y cuota que tendrás que asumir para saldar la deuda.
Y como cada uno de nosotros obtendremos una valoración diferente, las grandes financieras han establecido una serie de tipos de perfiles en los que, según nuestra solvencia y estado, seremos clasificados en función de estas variables.
Incluso para las inversiones, encontrarás en un extremo perfiles conservadores, personas que no desean arriesgar su capital en inversiones de alto riesgo y prefieren realizar operaciones más seguras y estables. O la otra cara, perfil de crédito agresivo, donde la disposición de capital es más cuantiosa y el riesgo de las operaciones muy voluble.
Cómo calculamos el perfil de riesgo
Existen varias formas para obtener la información, tanto si es para la concesión de un préstamo como si el cliente es un inversionista. Sin embargo e independientemente de la finalidad, conocer nuestra situación financiera es realmente útil y necesario.
Para que nos hagamos una idea de la forma en la que se calcula, es necesario establecer inicialmente cuál es el horizonte de ingresos que tenemos mensualmente, conociendo qué fuentes tenemos y cuál es su importe.
Después descontamos los gastos, importes de otros créditos y préstamos que tenemos activos, para así conocer un teórico saldo que es con el que debemos pasar el resto del mes. Normalmente, no se permite que una persona acceda a un crédito si su cuota supone más de un 30% de sus ingresos.
Y en función de estas variables, las entidades financieras irán generando un perfil sobre nosotros donde se determinarán e incluirán muchos otros aspectos como la edad, la situación laboral, contrato, historial financiero, morosidad, etc.
Esta es la razón por la que un perfil de riesgo es tan necesario y solicitado por las empresas. Con él podrán conocer tu situación y determinar el riesgo al que se exponen, o no, cuando deciden conceder el préstamo que habías solicitado.